Hoy hace 3 años que nos dejaste físicamente.
Ya puedo empezar a recordaros a papá y a ti,
sin enfermedad y larga cronicidad.
Evoco momentos de una vida en nuestra familia,
la de la niñez y juventud, después también pero ya habíamos formado otras
familias algunos de vuestros 5 hijos.
Un padre muy autoritario fruto de la época ,
al que le gustaba escribir, tenía mil ideas, de algunas de las cuales nos
reíamos, como cuando enviaba anónimos a su pueblo , Campillo de Dueñas
(Guadalajara), para que pusieran regadíos
en grandes extensiones agrícolas de trigo y ahora girasoles.
Con él ya sabíamos que no se podía hablar de
muchos temas de actualidad del momento a
no ser que quisiéramos bronca asegurada.
Suavizó esa dureza con la sabiduría de los
años y porque a su manera nos quería mucho aunque no fuera capaz de
verbalizarlo.
Esa “demencia controlada” que desarrolló
durante sus años finales de vida, fueron su manera de trasmitirnos muchas cosas
y al menos a mí, ya me pedía besos y abrazos que solo utilizábamos si nos
íbamos de viaje y se volvieron necesarios y diarios.
El murió en el hospital, cuando menos lo
esperábamos, dignamente descansó en paz.
Mamá, tú eras también el resultado de muchas
mujeres de tu generación, que no debían ni tenían que pensar y poco podías
hacer para rebelarte contra lo establecido.
Gran soñadora y romántica, nos recitabas a
Bécquer, Gabriel y Galán y qué bien lo hacías.
Fuimos grandes confidentes, incluso creo que
algunas cosas que me contabas desde muy niña no las entendía, ahora entiendo
tantas cosas…
Ni quiero más a papá ni a mamá, pero que madre
solo hay una y que cuando te fuiste la
sensación de orfandad fue inmensa y a pesar de respetar tus deseos y cuidarte
todos hasta el final, incluida sedación en tu casa con “tú San Francisco el
Grande “al que tanto mirabas y querías.
Guardo algunos escritos de papá a mano y a
máquina, alguna vez los leo y sonrío y de ti además de las obras completas de
Gabriel y Galán, que parece un misal, atesoro tanta sabiduría práctica y tanto
amor recibido….que cuando me siento derrotada por algo familiar que no llegaste a vivir
y que afecta tanto a mi vida personal, sé que desde el cielo, los dos nos acompañáis y nos guiáis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario