viernes, 12 de mayo de 2017

UNO DE NUESTROS CAMPEONES




Tiene 9 años y está escolarizado en el CPEE María Soriano desde los 3 años.

Lo de menos en este post  es su diagnóstico médico.

Jahir  es un gran campeón  que desde el 2012 está incluido en el protocolo de Cuidados Paliativos, lo que significa que necesita muchos cuidados enfermeros.

Durante este curso, solo viene al cole los martes y los jueves, el resto de días acude a un Centro de Día Específico de Paliativos.

La mirada de este niño nos dice muchas cosas, nos plantea muchos interrogantes y su sonrisa, ya difícil de conseguir, nos relaja y alegra.

Tiene una madre que acude con él por tener que llevar oxígeno en el transporte escolar y cuando entra en enfermería por su cara ya deducimos como han pasado la noche ambos, el hijo y la madre.

Nos informa de los aerosoles y medicaciones puestos durante la noche y calculamos así los horarios programados del día. Toma de constantes. Fisioterapia respiratoria diaria por una superfisioterapeuta del colegio, Carmen, alimentación por bomba a través de la gastrostomía y después valoramos si puede ir a clase, el ritmo lo marca este pequeño héroe.

A los profesionales sanitarios del cole, nos preocupan algunos momentos muy complicados y, es curioso y algo que siempre digo, los que más nos enseñan son sus familias, los grandes conocedores y cuidadores de sus hijos.

Hace un par de meses, tras un día intenso de cuidados para mantener ese oxígeno a niveles aceptables, llamamos a la familia para  llamar al 112 cuando ellos llegaran y trasladarle al hospital, ya estaba con todo  administrado y con mascarilla de reservorio, en el cole no podíamos hacer mucho más.

Llegaron su padre y madre,  venían relajados  y cuando entró en la habitación su padre nos dijo: no le pasa nada es que está agobiado por tanta gente y se ha puesto nervioso. Nos vamos a casa con las gafas del oxígeno y se le pasa.

Confieso que nos miramos todos con cierta incredulidad y preocupación y le pedimos que al menos  el paso del reservorio a la gafa nasal fuera despacio y esperaran un poco, cosa que hicieron y en media hora se iban a casa en su coche.

Y efectivamente, cuando por la noche les llamé, el chaval estaba tranquilo y con un tratamiento intenso pautado, pero tranquilo, no fue necesario el hospital esta vez.

Desde entonces, cada vez que tienen episodios críticos, lo tratamos de manera diferente, con más tranquilidad y desde que hemos descubierto que ahora se ríe con otras cosas, el saco de la risa ha pasado a la historia… también logramos que su risa nos anime a seguir cuidándole, no es fácil, por eso admiramos a su madre como principal cuidadora, a su padre y a Jeremy, su hermano que cada día está más guapo y grande.
Gladys, eres una excelente madre y como siempre un beso a todos el más grande para ….nuestro gran campeón.









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